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lunes, 28 de mayo de 2012

De cuentos y gallinas


Uno de los cuentos que se han solido transmitir más por vía oral que por vía escrita, es el de La Gallinita. Se le encuentra con diversos nombres: La Gallinita trabajadora, La Gallinita Feliz, La Gallinita Roja..

En él se narra el proceso de elaboración del pan a partir de un granito de trigo que encuentra la gallina con sus pollitos y que decide sembrar en lugar de comerlo en el momento. Posponer la felicidad inmediata por otra futura pero mucho mayor es el principio de la agricultura.

Además la gallina va pididendo colaboración en el trabajo a sus vecinos, perro y gato de la casa, que van denegando repetidas veces, por lo que se ve resignada a realizar la faena ella sola con sus pollucos.

Al final, después del esfuerzo y el obligado paso del tiempo, se verá recompensada por un hermoso pan, que mirarán envidiosos sus vecinos...

El trabajo en compañía es mucho más dulce y productivo para tod*s...


En La Yelda valoramos enormemente la labor de las gallinas, pero no entran a la panera para amasar los panes. Se limitan a picotear y escarbar por el prau y a poner huevos maravillosos que cogemos con su permiso. Cuando alguna se pone gorita (el instinto para criar), se instala en un nido y deja de moverse para dar todo su calor y dedicación a empollar los huevos y sacar adelante una preciosa nidada de pollucos. Durante tres semanas prácticamente no se moverá.

Una vez que los pollos empiezan a salir del cascarón, la gallina estará largas semanas separada del resto del gallinero, junto a ellos, para protegerles, enseñarles y darles calor. Necesitarán unos meses para crecer y volver al gallinero común; nada que ver con los pollos de engorde y hormonados de las granjas industriales, que al mes de edad ya tienen el tamaño requerido para ser sacrificados para el consumo.

En Cantabria hay cada vez más interés por recuperar la gallina pedresa, raza autóctona de hermoso plumaje rayado, muy bien adaptada al terreno y excelente criadora (http://www.mulecarajonero.com/quesos-cantabria/171-razas-autoctonas/4457-la-gallina-pedresa), como las kikas, esas gallinas enanas que son capaces de sacar numerosas nidadas.

Hace tiempo leímos un relato encantador de la escritora Georges Sand para su nieta, en el que se relata la introducción de las gallinas como regalo a un pobre poblado y la prosperidad consiguiente. http://www.entrelectores.com/libro/16704.cuentos-de-una-abuela-george-sand/

Nosotr*s también las vemos como un preciado y sencillo tesoro.

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