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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Silvestre, comestible y creativo

Muy pocas veces os hemos recomendado, o sugerido de forma directa, la adquisición de un libro concreto. Quizás estemos abriendo una nueva etapa en este blog. Hoy queremos recomendaros este pequeño libro, de 71 páginas, que es un alegato en favor de la soberanía alimentaria. Su autora, Dawamoru, es una guipuzcona errante y sensible a una vía humilde para aprovechar, mirando con ojos nuevos pero con una sabiduría muy antigua, la inmensa riqueza que nos rodea y que está a nuestra disposición cuando la reconocemos. Es una propuesta valiente que no protesta, una reivindicación justa que nos ilustra y enseña.
Avezados a este tipo de libros, Silvestre, comestible y creativo, nos sorprende y nos enseña muchas variantes desconocidas a recetas, alimentarias o remedios curativos, que pueden ser muy útiles.

Título: Silvestre, comestible y creativo. Recetario para la soberanía alimentaria.
Autora: Dawamoru
Ilustraciones: Sarah Jeffery
DL: VG891-2012
ISBN: 978-84-616-2097-5
Creative Commons

lunes, 21 de septiembre de 2015

¡Feliz comienzo del otoño!


Hoy comienza el otoño, el tardíu. 
Tiempo de comienzo del curso escolar, de frutos y cosechas, de la bajada de temperaturas, de setas, de la berrea en el monte, de recogerse antes en casa... Tiempo de disfrutar de otras maneras.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Los coletazos del verano



   Se nos va el verano poco a poco. Han sido días de luz, calor, baños, vacaciones, alegría. Y quizás nos entristezca un poco sentir que los días se acortan y las temperaturas bajan, aunque el otoño parece que quiere compensarlo con sus colores y sus frutos... 

   Nosotr*s, como el veranillo de San Martín, vamos a alargar un poquito el verano siguiendo unas semanas más con nuestro rico pan de Branu, que tan buenos momentos nos ha dado.

   Para almuerzo, comida, merienda o cena, con su sabor a aceite, oliva, comino y ajo. Aquí lo mostramos con queso fundido, aguacate, tomate y albahaca fresca. Seguro que más de uno o una nos imitan al verlo...

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Razones para dejar de comer pan blanco de manera habitual

   Ahora que comenzamos el mes de septiembre, venimos con energías renovadas del verano y con propósitos para el nuevo curso. Uno de ellos suele ser cuidar más la alimentación, después del desorden de las vacaciones. En La Yelda os damos algunas razones para abandonar el pan blanco como alimento habitual.

  • Demasiado pobre en nutrientes. Las harinas blancas o refinadas han sido desprovistas de la parte más nutritiva del cereal, el germen, rico en vitaminas y minerales, debido a que enrancia fácilmente y dificulta la caducidad de las harinas. También se ha eliminado el salvado, valiosa fuente de fibra, algo fundamental para la buena absorción de los alimentos y para la salud intestinal. Lo mismo pasa con otros productos elaborados con harinas refinadas: pasta italiana, galletas y bizcochos, cereales de desayuno, etc. etc. Si optamos por los productos integrales, deberemos asegurarnos de que son de verdad integrales, es decir, elaborados con la harina completa del cereal, ya que un truco muy extendido es añadir un puñado de salvado a las masas de harina blanca para que parezcan integrales, pero no es lo mismo, ya que además las harinas refinadas suelen llevar un montón de aditivos para conseguir una serie de resultados más "vendibles". Por otro lado, al escoger productos integrales deberíamos hacer el esfuerzo de que fuesen también procedentes de la agricultura ecológica, ya que la mayor parte de los insecticidas y productos químicos del cultivo se quedan precisamente en la cáscara del cereal o salvado.
  • Demasiados azúcares. Al ser puro almidón, el pan blanco se convierte en un alimento de alto índice glucémico, es decir, que al igual que el azúcar o el alcohol es de combustión rápida con una fuerte subida de la insulina, con lo que puede producir poco después una fuerte bajada de la misma como reacción (picos glucémicos), con la consiguiente sensación posterior de hambre. Las calorías son absorbidas rápidamente, aumentando el azúcar en la sangre.
  • Demasiada sal y otros aditivos. En general, el pan blanco industrial suele llevar una cantidad elevada de sal. Esta sal, aun en el caso de ser sal marina, es refinada y prácticamente solo contiene cloro y sodio. Además, las harinas blancas, como hemos dicho antes, suelen llevar un montón de aditivos para "mejorar" su textura y sabor, entre ellos sacarosa o azúcar. 
   Si te interesa saber qué lleva realmente la harina del pan blanco, pincha aquí .