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domingo, 22 de noviembre de 2015

Merienda vegana y no vegana


   Tarde en casa con amig*s. ¿Qué ofrecemos para agasajarles? Os sugerimos el bizcocho vegano de algarroba. Podemos hacerlo con harina de trigo o de escanda. Y para los no veganos añadimos un cuenco de nata fresca ligeramente montada para acompañar.

   Es un bizcocho muy ligero pero pleno de sabor. Perfecto también en estas tardes de sofá y manta, mientras leemos o vemos una peli.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Otros hornos

En una reciente escapada a Liébana revisitamos la Panadería de Vieda, ubicada en el pequeño pueblo homónimo, en Cabezón de Liébana. No vamos a enumerar las maravillas paisajistas que podemos encontrar por esta comarca cántabra, son de sobra conocidas. Pero, aprovecharemos para mostraros este magnífico horno de leña de ladrillo refractario y, a su lado, el armario yeldador (para reposar y leudar las masas). A la derecha de la imagen, las tortas enfriando. 
Su pan es convencional, en el sentido de ser blanco y con productos prevenientes de agricultura convencional, no ecológica; pero, es de buena calidad. Elaboran pastas, tortos preñaos, tortas de coscorones, etc. Ah, y siempre encontraréis una pequeña selección de quesos de la quesería Lebanes. Excelentes.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Poderosa avellana

Incluidas en nuestro pan de Tardíu, encontramos un fruto otoñal nutritivo y remineralizante. Nos referimos a las avellanas. Su nombre científico es Corylus avellana L. y un exquisito regalo de un hermoso árbol que gusta del frío y la altitud media para florecer. De su madera se obtenían los bolos más apreciados para las boleras cántabras. Es una madera cantarina, sonora. Pero su tesoro más preciado es el fruto, envuelto en un cofre vegetal duro. Con él se pueden elaborar aceites, bebidas, cremas, galletas, helados, turrones y otros dulces estacionales. 

Nos aporta un elevado porcentaje de fibra, entre el 8 y el 12%. También minerales y antioxidantes (vitamina C y E, selenio, carotenoides, polifenoles, folatos o vitamina B9). Tanto es así, que la avellana tiene un valor antioxidante de 9.645, mientras que la almendra tiene 4.454. La vitamina C y la E (solo soluble en grasas como el huevo o la avellana) actúan en sinergia con los carotenoides para neutralizar los radicales libres (residuos de la actividad celular). Esta acción es reforzada por el zinc y el selenio presente en este fruto seco.

Es un alimento que aporta muchas calorías, pero es un gran saciante. Su grasa es muy digestiva y posee una buena proteína vegetal. Así mismo, posee potasio, hierro, fósforo y calcio. Es por tanto, un alimento poderoso que debemos masticar y ensalivar bien para su correcta asimilación.