Translate

domingo, 1 de diciembre de 2013

Vivir despacio

  

  Empezamos a amasar a las seis de la mañana. A esa hora  silenciosa y oscura que pocos saboreamos despiertos (es un decir) y ya en acción. La jornada transcurre normalmente hasta las dos de la tarde, si no hay demasiados pedidos. Hay amig*s que a media mañana del lunes nos llaman para encargarnos un pan, pero si no nos ha sobrado por casualidad algo de masa y además queda algún espacio libre en alguna hornada, nos es imposible improvisar.
   A media mañana ya están todas las masas hechas, los panes cortados y varias hornadas ya cocidas. A lo mejor estamos preparando bizcochos o tortas de muesli, preparando los sobres, limpiando las maseras, ordenando el reparto, etc. etc. 
   Nos gusta hacer pan de esta manera: despacio, respetando los reposos que necesita la masa para ser más digestiva y natural, sabiendo cuántos panes vamos a hacer y para quién. Pero para eso tenemos que saber con tiempo cuántos son, para hacer los cálculos necesarios y preparar la premasa el domingo por la noche. Además, como a la mayoría, también nos gusta disfrutar del fin de semana haciendo otras cosas: descansar, ver a amig*s, pasear, bailar... Por lo que muchas veces no queremos ni abrir el ordenador, ese artilugio maravilloso que facilita tántas tareas pero que absorve el tiempo como pocos e imprime esa urgencia de contestar mensajes, trabajos, etc.
   Algun*s nos preguntan sorprendid*s: "¿Pero os tiráis ocho horas para hacer unos cuantos panes?" Pues sí, es lo que tiene hacer el pan a mano. Pero como contrapartida tiene el disfrute de vivir conscientemente todo el proceso: participar en la íntima fusión y transformación de elementos diferentes en un producto nuevo que llegará a formar parte de cada uno de nosotr*s, dándonos fuerza.
   Acostumbrad*s al ritmo cotidiano de prisas y producción frenética, aquell*s que no están familiarizad*s con la elaboración del pan artesano, ni se imaginan lo que hay detrás: tiempo, mucho tiempo...
   L*s chin*s, cuando van a desear "buen provecho" antes de empezar a comer, dicen "man man chi": "comed despacito", aunque actualmente estén tan inmersos en la vorágine como nosotr*s.
   También hay un refrán que nos decían las madres: "Vísteme despacio, que tengo prisa". Si queremos hacer las cosas bien y no tropezar atolondrados, hay que ir despacio.
   Amasar despacio, comer despacio, hablar despacio, criar despacio, vivir despacio... Ahora tiene un nombre de moda, el "slow", pero no es nada nuevo...

 
   

5 comentarios:

Núria dijo...

Pues mira hace un mes que nos hemos trasladado a un pueblo-ciudad más pequeño..hemos pasado de vivir en una ciudad de 75 mil habitantes aprox. a otra de 16mil aprox., cerca de la montaña...en el pre Pirineo....y estoy intentando aplicar esta palabra que hoy has nombrado DESPACIO a nuestro día a dia.....ojalá lo logre....
Oye mandáis pedidos a la zona de Cataluña ?
Beeesos

Pan... pan!! dijo...

Hola Núria.
Nosotr*s no enviamos, pero seguro que hay gente por tu zona que está haciendo excelente pan. Nos consta que en Cataluña se están haciendo cosas muy interesantes, desde hace mucho tiempo y de forma original y puntera. Busca bien, que lo encontrarás... igual que los tesoros!!
Besos

Núria dijo...

Hola. he buscado pero así o-line no encuentro…si sabéis de alguien y sino vosotros…total el mundo es pequeño…en un pis-pas lo tengo….un besote

Pan... pan!! dijo...

Hola Núria.
Perdona, no vimos tu comentario. Te recomendamos que pruebes con Kokurieco, tenemos su dirección abajo, en Webs Amigas.
Un abrazo

Núria dijo...

mil gracias lo haré!!!

feliz día!!!