La ternura del verano

   El verano nos trae el calor, el olor a heno, los baños de playa o de río, la holganza, frecuentar a l*s amig*s... También trae el  duro trabajo del campo, buscando las horas más frescas del día... Es una época del año especial, tierna y fuerte a la vez.

   Eso nos inspiró nuestra especialidad estacional: nuestro pan de Branu (verano), con harina integral de trigo, aceite de oliva macerado con ajo, olivas verdes y cominos (opcional). Pensado para no dedicar mucho tiempo a preparar la comida y dedicarlo en cambio a ir a la playa o a la piscina, a leer un libro a la sombra, a descansar, a quedar con la peña. Así, cogemos el pan de Branu, algo de queso, ensalada, pimientos, o los restos que tengamos por casa, algo para beber, y todo a la cesta, a pasar el día al aire libre.

   Curiosamente la masa de este pan, al llevar aceite, es mucho más tierna al amasarla, y también se mantiene más tiempo sin endurecer, que con los calores de estos días ya se sabe que el pan endurece antes y hay que protegerlo más, en la nevera, o envuelto en un paño, etc. Dicen que no hay casualidades y pensamos que esa coincidencia de ternura tampoco es casual.

   Aquí una muestra de lo que decimos: una rebanada de pan de Branu con escalibada de pimientos y cebolla. Para nosotr*s nada tiene que envidiar a unos ibéricos, y además es más digestivo y no da sed.

  

   Con cualquiera de los quesos de Cantabria, como éste de cabra de Liébana, es placer de dioses, perfecto maridaje, como dicen los entendidos. Aunque para el picón, nosotr*s preferimos el pan de granas o el de centeno...

   Podemos comer rico y sano, a la vez que nos abandonamos a la ternura y la pereza del verano...