Cualquiera puede hacer pan en casa con unas pequeñas insrucciones, tiempo, paciencia y calor. Es posible que al principio no quede perfecto, quizás algo duro, pero con la práctica saldrá un pan estupendo.
También está al alcance de cualquiera dar un buen masaje, siempre que se haga con cuidado, sin intentar movilizar las articulaciones, con tiempo, paciencia y calor. Aquí el "paciente" nos ayuda con sus indicaciones. Eso sí, hay que hacer trueque: primero masajea uno y luego el otro, aunque no tiene por qué ser el mismo día.
Os proponemos una tarde de domingo preparando un pan casero entre dos y dando masaje en los tiempos de espera en los que la masa tiene que reposar para yeldar. Con un poco de música puede ser un disfrute para todos los sentidos... Seguro que repetís.
2 comentarios:
Un plan perfecto...
¿Ya lo probaste?
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