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domingo, 16 de octubre de 2011

El trato social que produce el pan


Una parte especialmente agradable de todo el proceso del pan es la última: cuando repartimos y entregamos los panes.
 
Tanto que los llevemos a algún lugar para que los recojáis luego, como que vengáis a casa a por ellos, el encuentro con cada uno de vosotros y el trato social que se produce, aunque sea breve, resulta reconfortante. Siempre vemos caras sonrientes, cálidas, y a menudo podemos disponer de unos minutos para intercambiar cómo ha ido la semana, los viajes que habéis hecho o algún truco para preparar un alimento, una ruta o vivir mejor.

Es verdad que no os conocemos a todos pero sí a la mayoría, y con otros el intercambio social es por escrito, a través de los correos. Hay un pequeño grupo con la que el trato no es directo pero se da a través de otra persona con la que sí tratamos ambas partes y esa energía amiga circula también.

Es muy grato ver a quiénes llegan esos panes que hemos estado preparando toda la mañana. No sabemos qué sensación tendrán los panaderos que hacen todos los días cientos de barras de pan sin saber a qué gente anónima va ni cómo lo reciben pero sospechamos que es muy distinta a la nuestra: nosotros sabemos cuánto valoráis nuestro trabajo porque nos lo transmitís constantemente.
GRACIAS.

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