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sábado, 18 de noviembre de 2017

Pan hasta en la tumba


Sabido es que, entre otros, existen numerosos decires que asignan al pan un valor vital. Por eso podemos oír aquello de "nacer con un pan bajo el brazo" o "pan de vida", etc. A algo a lo que no estamos tan acostumbrados es a relacionar al pan con la muerte. Posiblemente por la mala relación que nuestra civilización tiene con la muerte. Sabemos que en zonas de Cantabria, en siglos pasados, se llevaba pan a la tumba de los muertos, a modo de ofrenda. Dejamos aquí un par de textos destinados a mostrar esa relación del pan con la muerte en territorio cántabro en el siglo XVII.

“Que acompañen mi cuerpo el día de mi entierro cuatro clérigos y que digan por mi cada uno su misa y los paguen la limosna acostumbrada. Mando que den pan de mijo y escanda y vino a todos los pobres que vengan a el corral el día de mi entierro."

"Que ofrezcan por mí el día de mi entierro un carnero y dos cuartales de vino y doce panes y otro tanto el día de mis honras. Mando ofrezcan por mi dos misas todos los días de fiesta y domingo de ellos pan, vino y candela y compaño el día que se pudiere”. 


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