Translate

lunes, 25 de mayo de 2015

¿Por qué panes de estación?

   


   Como ya sabéis, además de los panes que amasamos de manera fija (trigo, escanda, centeno, granas, sin sal, calocas, bizcochos de algarroba y torta de muesli), cada estación del año hacemos una variedad inspirada en esa estación.

   El pan de primovel es el que más entusiastas tiene y muchos amigos nos preguntan/solicitan que por qué no lo hacemos todo el año. Lo mismo nos preguntan otros en otras estaciones, cuestión que vamos a explicar.

   En La Yelda consideramos que el pan es el símbolo del alimento básico de nuestra área geográfica, el símbolo del alimento en sí, lo esencial, lo que no debería faltar a nadie. Símbolo también de la sencillez y de la bondad.

   En las últimas décadas el pan se ha desprovisto de este significado: se produce mecánicamente, con elementos de poca calidad vital, se consume de forma inconsciente, sin darle valor, toneladas del mismo acaban en la basura o como desperdicio. Por eso a nosotr*s nos gusta amasarlo a mano y semanalmente, para darle el sentido que tenía. 

   También nos gusta celebrar las estaciones como símbolo del los cambios en la vida, de la adaptación, del valor de las cosas. Ahora en nuestros mercados podemos encontrar ciruelas en invierno y naranjas en verano... y lo que en principio es un privilegio, al final deja de tener valor especial. Cuando solo contamos con un alimento en una determinada época del año, se disfruta más y con expectación, no sólo al comerlo.

   En pocas semanas dejaremos de elaborar el primovel para dar paso a los panes de branu, que a su vez dejarán su lugar al tardíu en septiembre, preparando la llegada del pan de iviernu, que volverá a enlazar con el primovel. Imitamos los ciclos de la vida, los cuentos infantiles sin fin... nos preparamos para aceptar mejor los cambios.

   Cambia lo superficial, cambia también lo profundo...

   

No hay comentarios: