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miércoles, 29 de octubre de 2014

El arte de la conservación del pan

   
   El pan integral, artesano y ecológico, hecho con levadura natural (fermento o yelda realizado solo con harina y agua), se conserva perfectamente más de una semana aunque va perdiendo humedad poco a poco. Por eso tendremos que cuidarlo de forma diferente según el clima en el que vivamos y la época del año.
 
   Una manera de guardarlo es a temperatura ambiente, en la encimera o en una panera, envuelto (con un paño, una bolsa de papel o una bolsa de plástico, según necesitemos). Así se ayuda a que conserve la humedad pero hay que dejarlo "respirar" a menudo todos los días para que no "encanezca", o sea, que no se enmohezca.
 
   Se puede comer perfectamente aunque esté algo duro pero hay que eliminarlo si vemos que ha cogido hongos, cosa más frecuente en verano y que no ocurre con el pan convencional porque, sencillamente, no tiene nada vivo que quieran comer las bacterias.   
 
   También se puede guardar en la nevera, envuelto para que no se contamine con las bacterias de otros alimentos.

  Otra  manera es congelarlo. Se puede cortar en rebanadas que se van saccando del congelador según se van necesitando. Se descongelan en un momento, y se pueden tostar directamente en la plancha o tostadora. Esta forma es muy cómoda, la verdad, porque queda casi como recién hecho.
 
   A quien no le gusten las técnicas de "frío", tiene que tener en cuenta que el pan se va endureciendo con el transcurso de los días y cuesta más cortarlo, pero si se corta en rebanadas al principio, pierde más humedad, por lo que hay que envolverlo mejor para ayudar a mantenerla.
  

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