Con la "mosca" detrás de la oreja

Tras una año 2012 con apenas recolección de fruta y, tras un 2011 muy discreto en esas cosechas, andábamos con la "mosca" detrás de la oreja, nunca mejor dicho. Buscando entre las posibles causas, desechamos la vecería de los árboles, pues habían dejado de producir algunas variedades que todos los años fructificaban, es más, las flores seguían cubriendo por completo las ramas. Descartamos, también, el número de horas/frío que necesitan algunas especies como manzanos, peras o, especialmente, cerezos. Los inviernos han venido fríos, como es bueno que vengan. La solución a este dilema tiene que ver con la ausencia de polinizadores, tanto silvestres, como domésticos. Observábamos en 2012 que los árboles no recibieron visita de abejas, apenas unos contados abejorros a finales de mayo. Claramente estábamos "con la mosca detrás de la oreja". La cuestión es seria.

Dicen que "a grandes males, grandes remedios", de modo que decidimos enfrentarnos al problema de falta de polinizadores. Es un problema más global de lo que a simple vista parece. Gracias a un amigo apicultor, Carlos, hemos instalado una colmena en nuestra finca, la cual se beneficia de la polinización de estos insectos. Las fincas colindantes también son visitadas por las "moscas de la miel", en busca de flores y de su pólen.

A mediados de abril, y en claro contraste con los dos años anteriores, tenemos cuajados (polinizados) varios perales, todos los ciruelos (incluidos los ciruelos claudios que quedaron vacíos el año pasado), los amelanchier y los cerezos. Ahora están despertando los manzanos, pronto lo harán los groselleros, los castaños, los kiwis y kiwiños, las moras, etc, etc.

Las abejas nos endulzan la vista con su labarientu (trajín del trabajo, laberinto, ocupaciones del pensamiento).