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jueves, 21 de febrero de 2013

Dedicado a las sirenas y demás gente de mar


   Nuestro pan de calocas es un pan discreto, pocos paladares se atreven con él. A nosotr*s, sin embargo, nos gusta tener algunas rebanadas en el congelador para irlas degustando de vez en cuando. Eso nos ocurre a tod*s l*s que tenemos aletas o cola de pescado.
   En La Yelda, tostamos ligeramente las algas y las molemos, así quedan finamente desmenuzadas y se mezclan perfectamente con la masa, dejando su sabor suavemente repartido. Si tostamos la rebanada, se vuelve crujiente y el aroma resurge.
   El otro día se nos pusieron las escamas de punta con una tostada de calocas untada con una crema de queso fresco. Ésta la hicimos batiendo queso fresco ecológico con un trocito de ajo crudo, un buen puñado de hierbas aromáticas y una pizca de sal.
Pero también hay gente rarita y original que come este pan. Y no lo decimos por las sirenas, tritones y ballenatos que nos esperan ansiosos en la puerta para que les demos un trozo, sino por algún osado que se ha atrevido a comerlo con...


...sí, sí, efectivamente...
¡¡¡CON CHOCOLATE!!!


2 comentarios:

numero3 dijo...

¿Y vale para las que nadamos en piscina? También nos salen escamas al cabo de la semana !!!

Pan... pan!! dijo...

¡Por supuesto! Mejora notablemente el estilo y la velocidad, jejeje.