Translate

viernes, 6 de noviembre de 2009

Nuestras manos huelen a pan


El martes pasado me dí cuenta de que pese a ducharnos después de un largo día de hornada (jornazu), todavía conservaba olor y aromas a pan. Me gustó. Me dí cuenta de que se nos impregna un perfume generoso, la esencia de las masas de harina, agua, sal y yelda que amasamos, que pesamos, boleamos, sobamos, tapamos para que guarden calor y, tras varias horas, damos forma y horneamos. Después las dejamos reposar y las envolvemos. El resto es conocido.

Todos nuestros panes tienen nombre, todos son queridos. Me parece que el aroma que se nos pega al hacer pan, ése que alguno de vosotr*s aspira con los ojos cerrados, es un regalo, es el regalo del pan.

4 comentarios:

Juantxo dijo...

Aunque estoy a 1h.y media de distancia de vosotros, suponiendo que no haya caravanas claro jeje, no tengo mas que leer las entradas para veros haciendo el pan. Da gusto leeros, de verdad. Se ven el gusto, las ganas y el cariño que poneis en ello. Un regalo es vuestro curro. Un placer.
Muxu bat

Pan... pan!! dijo...

Un abrazo para tí, Juantxo.
Ya habrá oportunidad.

... lo de las caravanas!!! Ufff!!!

maria dijo...

Miguel...cuanto tiempo sin poner nada en tu blog...lo siento...
Bueno, quiero hacer un regalo a una persona a la que tengo gran cariño, y había pensando en uno de vuestros panes, porque a este señor le va a gustar mucho...y lo va a apreciar tremendamente. Asi que, como se que es los martes cuando horneais, ya te daré un telefonazo para decirte qué pan me apetece regalarle.
Un abrazo muy grande. Feliz entranda de invierno.

Besos, María.

Pan... pan!! dijo...

Puedes venir andando... que bien cerca nos tienes.

Besos
LA YELDA