Hace bastantes años que cultivamos groselleros en nuestra finca-vergel. Es un arbusto que requiere muy pocos cuidados y nos ofrece abundante cosecha de valiosas bayas. Tenemos groselleros blancos, groselleros espinos, groselleros rojos y, los más numerosos y atractivos a nuestros ojos, los groselleros negros (Ribes nigrum). En Cantabria recibe el nombre de merganiza, y las bayas, miérganos.
Una sola planta puede proporcionar varios kilogramos de bayas. Nosotr*s las comemos crudas, en zumo, en mermelada y en helado. Regalamos mermeladas y bayas, pero no conseguíamos acabar con las existencias de este abundante producto. Desde hace medio año estamos probando a elaborar un refresco con groselleros rojos y negros. En el verano encontramos la fórmula idónea y hemos decidido compartirla. El resultado es una bebida refrescante, sana, sabrosa y barata. Elaboramos 6 litros cada 8 días.
INGREDIENTES:
-500 gramos de bayas de grosellero negro (puede ser también rojo).
-150 gramos de azúcar de caña integral de cultivo biológico (se puede subir a 200 gramos para aquellos que lo prefieran un poco más dulce).
-3 litros de agua
-Ácido tartárico (un cantidad aproximada a la uña del dedo meñique)
ELABORACIÓN:
Poner las bayas junto a el azúcar y un litro de agua en una gran cazuela o bol y batir para romper las bayas. Añadir el agua restante, tapar y dejar reposar 4 ó 5 días en lugar fresco. Transcurrido ese tiempo, filtrar y embotellar. Guardar en nevera.
El resultado es sorprendente, permitiendo una ingesta de bayas regular y con el añadido de ser un consumo en crudo.