Esta receta la heredamos de una de nuestras abuelas, la "Apita". Tiene regusto a tiempos pretéritos, a otra forma de cocinar, de entender la economía, a otro ritmo, en definitiva a una vida más calmada y sencilla.
Es un plato que se puede preparar en cualquier época del año pero ahora en verano el pan se nos queda seco antes de lo habitual por el calor y también por aquello de que hacemos más vida fuera de casa y con comidas improvisadas, y es una de las muchas formas estupendas de aprovecharlo.
Hay una enorme cantidad de versiones, muchas de ellas con carne y matanza. La de la Apita era solamente de pan y, aunque a veces las comíamos acompañando a los huevos (fritos, revueltos o con pisto, etc.) o también con uvas, para lo que de verdad las preparaba era para tomar con chocolate caliente. Para algunos familiares, esto era un auténtico lujo.
INGREDIENTES
- Pan blanco duro
- Agua
- Sal
- Pimentón de La Vera
- 1 ó 2 dientes de ajo
- Aceite virgen
PREPARACIÓN
1. Lo primero es poner el pan a remojo. La Apita ponía el pan blanco cortado en dados o cachitos sobre un paño, y lo remojaba con agua de vez en cuando, y lo espolvoreaba con sal y pimentón. Nuestro pan blanco, al estar hecho con levadura natural (yelda) y harina completa sin salvado, es mucho más denso y se endurece mucho más, por lo que, dependiendo del tamaño de los trozos que hayamos podido cortar, lo sumergimos en agua caliente y dejamos que se empape. En ambos casos se deja reposar bastante tiempo, por lo menos una hora, pero también puede ser todo un día.
Una vez remojado, se escurre bien y se amasa con las manos haciendo "migas". Se sala y añade el pimentón mientras seguimos amasando. Se deja reposar de nuevo.
2. Es el momento de poner un buen aceite en la sartén, no demasiado, y freir unos ajos. Después se echarán las migas y se removerá con mimo hasta que estén bien hechas. Se prueba el punto de sazón y se corrige. Nosotr*s no hemos podido evitar usar un pimentón picante, ya que nos rechifla. El aroma de las migas friéndose ya despierta el paladar e impregna toda la casa de olor hogareño y acogedor.
Bueno, sencillo y barato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario