¡¡¡Qué inventooooo...!!!
Este año la huerta ha sido generosa en bayas, concretamente en miérganos (grosellas) rojos y negros, y en moras. Hemos decidido que la mejor forma de aprovechar estos frutos, más que en mermelada (que luego no acabamos), es en helado. Hemos conseguido practicamente acabar con la producción entera, que era mucha. Y el no va más, ya ha sido acompañarlo con el bizcocho vegano de algarroba. Vamos, postre de alta cocina...
Ya sabéis, el bizcocho vegano no lleva productos de origen animal: ni huevos, ni mantequilla, ni nata, ni yogur, etc. etc. y como la algarroba es un poco dulce, no hace falta ponerle tanta azúcar al bizcocho.
Al helado sí le hemos puesto algo de nata para darle más consistencia cremosa que de sorbete, pero no mucha, al igual que azúcar, no como en los helados industriales, que estarán muy ricos pero son una bomba. Y por supuesto, nada de aditivos: espesantes, conservantes y demás. Donde esté un helado casero... Su composición: fruta triturada, un poco de leche de arroz, azúcar de caña y un poco de nata. Batir y a la heladera durante 30 minutos.