Tortilla de albahaca con pan de Branu

Para cenar, una tortilla hecha con huevos de casa ecológicos y unas hojitas de albahaca fresca (gracias, Mabel) acompañada del tierno, aromático y nutritivo pan de Branu.

Amuerzu de dumingu

O lo que es lo mismo: desayuno de domingo. Desde la ventana, viendo la luz del amanecer, con las rojanas (en Cantabria, las nubes de color rojizo del amanecer y atardecer), con un té verde aromatizado con bergamota y unas hojas de hierbabuena. Para comer: rustianas (tostadas) de nuestro pan de granas con mermelada de rabarbu (ruibarbo) de nuestra huerta. Exquisito.

Cocina solar reciclada

Ahora que el verano sí nos trae algo de sol, hemos sacado nuestra flamante Cocina Solar Reciclada. Parece un invento del profesor Bacterio -el de la TIA de Mortadelo y Filemón- pero FUNCIONA. Es más lenta que las cocinas convencionales y requiere de una reorientación cada 15 minutos, aproximadamente, ya que la tierra se mueve y los rayos del sol se desvían de su objetivo: una cacerola de color negro.

La cocina es fruto de uno de los talleres organizados por nuestros amigos y colegas del Huerto de los locos. http://futurosrenovables.wordpress.com/ . Un fuerte abrazo para ellos. Está realizada con una antena paranoica... perdón, parabólica, una silla con ruedas de despacho, cinta adhesiva plateada, hierro de ferralla y un tronco de madera recogido en la playa. Barato y ecológico.

Cada vez que se usa ahorramos energía, evitamos arrojar CO2 a la atmósfera y otros gases contaminantes. Eso sí, hay que ponerse gafas para cocinar...

Las Lindes

El pasado sábado 30 de julio hicimos una visita a la finca Las Lindes, en L`Aparecida, zona limítrofe entre el valle del Asón y el valle de Aras. Fuimos en nutrido grupo pero Rober, el dueño, no se amilanó y nos enseñó su huerta de agricultura ecológica y el gallinero, explicándonos todos los detalles del terreno, las plantas, el trabajo, el proceso seguido hasta el momento actual, etc. Pudimos probar grosellas de distintos tipos, alguna frambuesa, pepinos, manzanas autóctonas... pero nos quedamos con las ganas de comer los deliciosos ráspanos (arándanos) ya que la temporada acaba de terminar. La finca es bastante grande, y al estar elevada y ser un poco “pindia”, dispone de muchas horas de sol, evitan sombras y el estancamiento de aguas que puedan producir enfermedades criptogámicas (tan temidas en la húmeda y templada Cantabria). En Las Lindes preparan cestas semanales de verduras, hortalizas y otros productos, que acercan a los hogares de sus clientes, gentes que han establecido un vínculo estrecho y de apoyo con el productor, y éste último, les suministra productos frescos, de temporada y de total confianza, con la seguridad de que los alimentos suministrados son respetuosos con la naturaleza y con sus consumidores.

El lugar es precioso, de una tranquilidad envidiable y con unas vistas impresionantes. Esto puede dulcificar de alguna manera el trabajo duro, aunque amoroso, de la tierra. Mientras esperábamos a que Míguel "el silvestre" se acercara a un gran tejo a coger bayas que gusta de comer (atención, debe hacerse con mucho cuidado, desechando las semillas venenosas), fuimos obsequiados con una fresca cerveza también de producción ecológica.

Los apacibles perros y gatos de la casa nos agasajaron y acompañaron en todo momento. Ayudamos a recoger las cebollas que estaban secando y nos despedimos de Rober a quien volveremos a visitar más adelante, para ver la evolución de la finca e intercambiar semillas.

Nos encanta ver que cada vez hay más personas que se deciden a crear huertos ecológicos, que trabajan con una dimensión humana y están concienciados de la importancia del tema. Entre todos vamos aportando granucos de arena para mejorar nuestro entorno y tejer una gran red.

Esta imagen transmite el antiguo dicho: "Contigo, pan y cebolla". El pan lo pone La Yelda y las cebollas, Las Lindes...

http://www.actiweb.es/laslindes/

Calabacín rebozado

Para picar o para merendar, esta sencilla receta, es ideal. Sobre rebanadas de nuestro pan de 4 granas, colocamos un poco de queso ecológico de cabra y, para culminar, una loncha de calabacín de nuestra huerta rebozada con un poco de harina de Rincón de Segura y huevo de nuestras gallinucas.

La instantanea refleja el momento previo a la desaparición o fagocitación del alimento.